INGREDIENTES:
600 gramos de champiñones frescos.
2 huevos
100 gramos de queso para gratinar
2 lonchas de jamón serrano
1 cebolla mediana
Aceite de oliva y sal
ELABORACIÓN:
Sofreímos la cebolla cortada en juliana fina en un chorrito de aceite y un poquito de sal. Cuando comience a dorarse echamos los champiñones limpios y laminados. En este punto hay que tener paciencia y dejar que evapore todo el jugo que soltaran los champiñones, puede tardar media hora. Hacerlo a fuego lento y destapado para que evapore antes. Mientras precalentamos el horno y batimos los huevos con muy poca sal, ya que el jamón dará su punto de sal. Una vez están los champiñones sin jugo los vamos poniendo en una fuente de horno alternando champiñones y trocitos de jamón. Por último cubrimos con el huevo batido y espolvoreamos queso en la superficie. Recomiendo poner papel de horno forrando la fuente antes de poner los champiñones para evitar pasar un buen rato rascando después. Lo metemos en el horno encendido arriba y abajo a 200 grados. El tiempo dependerá de lo doradito que nos guste. Los champiñones frescos se pueden sustituir por los de lata, entonces tendremos que usar dos latas y no habrá que esperar tanto a que se evapore el jugo ya que los de lata sueltan menos agua interna. Pero con los frescos está más rico.
0 comentarios:
Publicar un comentario